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PARTE II
Hoteles medicalizados y otras iniciativas Covid
Pensando en soluciones durante crisis similares, quizá en ciudades medianas o donde la pandemia actúe con una virulencia moderada, la posibilidad de utilizar hoteles medicalizándolos, es una medida adecuada y sensata, porque la infraestructura está ya creada, y con unas condiciones físicas de aislamiento entre pacientes, muy interesantes. De eso también tenemos ejemplos tras el COVID-19. (vídeo de un hotel medicalizado). Las categorías espaciales que ayudan a estar mejor, como las vistas al exterior, control acústico, luz natural, etc, están garantizadas en las infraestructuras hoteleras, brindando, además, unos niveles de confort adecuados, también a los profesionales durante el desarrollo de su trabajo. Porque, además, los profesionales y sus necesidades han sido los grandes olvidados en esta crisis. Por ello, la iniciativa Covid de los Maggie’s centres, transformados en lugares de descanso para los profesionales, en Reino Unido, nos parece maravillosa.
Desde nuestra especialidad, el diseño de maternidades, lanzamos nuestra propia iniciativa, para la creación de Hoteles de Partos, para aligerar los hospitales, y sacar a atender a las mujeres embarazadas de bajo riesgo en otra infraestructura, evitando así que mujeres sanas se contagien innecesariamente dentro de los grandes hospitales. Es una solución sencilla y eficaz, que pone el foco en el ciudado de las parturientas y sus bebés, mejorando su seguridad y su atención al parto.
Residencias de mayores
Otro aspecto clave en este gran debate, es el de las residencias de mayores, grandes perdedores de esta crisis, que ha sido cruel y devastadora con el sector geriátrico. El modelo tradicional de residencia, no ha funcionado.
La posibilidad de medicalizar las residencias para posibles futuras pandemias nos lleva al debate de si realmente queremos vivir desde el enfoque del riesgo, en espacios pensados para cuando llegue la enfermedad, o queremos vivir en entornos domésticos y agradables, cercanos a ambientes hogareños. Porque en las residencias, las personas vamos a ir a vivir, a pasar unos días, meses o años, no a curarnos o esperar a la muerte.
Una revisión de los modelos existentes de residencias, y la eficacia incluso en pandemias, de los modelos más innovadores de residencias distribuidas en unidades de convivencia y con un modelo de gestión centrado en la persona, apunta el mejor futuro de este sector. En el enfoque diferente, está la respuesta también. Y el reto en el horizonte de complementar la oferta residencial con otros modelos de co-housing, viviendas tuteladas, e incluso adaptación de viviendas para fijar la población en sus barrios, con las necesidades de los mayores cubiertas. Mucho por pensar, ante el desastre que ha supuesto el COVID en el sector residencias. Nuestro más sentido pésame a las familias de residentes y tratabajadores.
La dignidad ante la muerte tiene un aspecto físico, de entorno, que ha de ser tenido en cuenta. Porque desde el diseño humanizado de estos espacios que acogen la vida y la muerte, se puede aportar mucha dignidad al nacer y al morir, que al fin y al cabo, son las dos caras de la misma moneda.
Planificar nuestro futuro
El debate del modo de abordar los espacios sanitarios para futuras pandemias, pasa por proponer diversas alternativas:
- con estructuras fijas exentas, a las afueras de los hospitales, a modo IFEMA. Ya tenemos el experimento realizado. Falta sacar conclusiones.
- como elongaciones de los actuales hospitales, a través de espacios flexibles que pueden ser rápidamente transformados en función de la necesidad, y en el que los equipos de trabajo y profesionales podrían seguir siendo los mismos del hospital.
- transformando estructuras existentes de las ciudades con otros usos, de manera rápida y eficaz, como los hoteles, lo que implicaría contar con edificios muy flexibles.
Y por supuesto, trabajando por adecuar nuestros espacios cotidianos, nuestras viviendas y espacios de trabajo, en lugares saludables y adecuados, incorporados en entornos más naturalizados, aun siendo urbanos.
Para todo ello necesitamos planificar y crear estas soluciones y sistemas de gestión para emergencias. De cara al espacio, se puede prever ciertos escenarios desde los mismos concursos de arquitectura. Hacen falta concursos de ideas para mejorar nuestro urbanismo, nuestras viviendas. Y empezar a priorizar en los proyectos urbanos y edificatorios, otras categorías que no sean exclusivamente el €/m2 de venta de vivienda, con aporte de calidades de bienestar que van más allá de la rácana rentabilidad económica a corto plazo. Esperamos haberlo aprendido, porque todo está conectado.
Porque la arquitectura de salud no se restringe a los hospitales.
Sigamos reflexionando, aún sabiendo que desconocemos si la próxima pandemia será de similares características, o tendrá otra manera de atacarnos demasiado diferente…
Estudio Parra-Müller
Arquitectura de Maternidades
25 de abril de 2020