Visita a la Unidad de Cuidados Intensivos neonatal y pediátrica del Hospital St. Joseph en Berlín- Tempelhof

COMPARTIR

…y la historia del pequeño Omar.

El pasado mes de abril estuvimos un día en Berlín- de paso- y aprovechamos para visitar tres centros: un gran hospital universitario, un hospital antroposófico y la primera casa de partos de Alemania.

La primera visita- más adelante contaremos sobre las otras dos- nos llevó al hospital St. Joseph, al lado del antiguo aeropuerto de Berlin- Tempelhof (símbolo del “Luftbrücke”, por el que se hizo el suministro para gran parte de la población durante el bloqueo por parte de los soviéticos en los años 1948- 49.)

Imagen 1: de la página web del hospital

Concertamos una cita allí porque un día nos encontramos una pequeña foto en internet de este hospital que nos llamó mucho la atención. Hablaban del rooming-in en la UCI de Neonatología como base del cuidado del vínculo que muchas veces se ve afectado por la situación de un recién nacido de gran prematuridad y/o enfermo, en circunstancias a menudo de un nacimiento traumático. Es decir que allí no ingresa el bebé como paciente “individual”, sino la unidad madre- bebé, o la unidad familiar.

Leímos además que este hospital fue el primero del mundo en recibir la certificación como Babyfriendly hospital (Hospital amigo de los niños) en el año 2007, y ahora, tras la re-certificación,  ha obtenido el sello para ambas áreas: el de obstetricia y el de neonatología.

Estaba claro: queríamos ver cómo funcionaba este hospital y cómo eran los espacios arquitectónicos, cómo se había llevado a la práctica el cambio y queríamos escuchar a los profesionales que habían gestado este cambio.

Fue fácil entrar en contacto con la jefa de Neonatología y concertamos una visita. Nos recibió una de las neonatólogas que muy amablemente se tomó mucho tiempo para enseñarnos la unidad de arriba a abajo.

Tras desinfectarnos las manos y una primera introducción, nos dirigimos al fondo del ala para comenzar la visita.
Allí vimos primero el «Babyklappe»– o «buzón bebé», cosa que hemos visto ya en varios hospitales por Alemania, Austria o la República Checa, y que se instala para dar la opción a madres en situaciones límites a depositar a su bebé en un lugar seguro. (Para leer más: «El Parto anónimo»)

A continuación pasamos por la cocina- comedor para familiares. La primera sorpresa: una madre está tomando un café y su desayuno con su pequeñísimo hijo en brazos, y entre ella y la neonatóloga nos cuentan su historia: Omar nació en la semana 28 de gestación y ahora, tras 5 semanas de cuidados intensivos, pesa ya 1.500 gramos. Omar nació por cesárea urgente; intentaron que la separación fue mínima: una media hora tras un primer contacto piel con piel ya tenían al pequeño estable y la madre fue llevada en cama directamente del quirófano a una de las 16 habitaciones que tiene la UCI de Neonatología de este hospital. Se nota que hay buena coordinación entre los equipos de paritorios, quirófano y UCI, aparte de la cercanía de los espacios, que apoyan la asistencia.

Nos fijamos en lo relajada y tranquila que estaba la madre, lo bien que se manejaba con su bebé, al cual llevaba siempre encima. Era muy evidente que tenían un vínculo muy bien establecido y que realmente es ella quien se encarga de los cuidados de su hijo. Nos cuentan, además, que Omar prácticamente no usó la incubadora, ya que desde el comienzo pasó el mayor tiempo posible pegado a su madre, con el cuidado madre- canguro. También se cuidó mucho la lactancia materna, que fue, casi desde el principio, del pecho de su madre y que se alimenta exclusivamente con su leche.

Mientras nos van contando no podemos evitar pensar en las UCIs Neonatales que conocemos en España, donde en la gran mayoría se ve los bebés separados de sus madres y sus padres, a quienes se les “permite visitar a su hijo cada 3 horas”, y donde el cuidado lo realizan enfermeras por turnos que trabajan con una rutina, lo que hace muy difícil la atención personalizada a cada bebé ingresado.

Seguimos con la visita.

En el pasillo están dos padres, que han salido para tomarse algo juntos y charlar, cada uno con su taza en la mano: ¡qué imagen de cotidianidad dentro de una UCI!.

También pasamos por el rincón donde hay una vela que se enciende cuando fallece un  bebé o un niño, ya que en esta UCI ingresan de grandes prematuros a niños de 16 años- y donde hay un libro a disposición de todas las personas, para escribir y dejar unas reflexiones.

A mano derecha hay otra cocina, donde preparan la leche donada y donde los padres tienen la opción de usar una nevera para su uso privado.
También pasamos por la consulta de la asesora de lactancia, todo un lujo poder contar no solo con un profesional dedicado a esto, sino que además hay un espacio para esta función tan importante dentro de la UCI.

Las 16 habitaciones son todas exteriores, con buena iluminación natural, y nos asombramos de nuevo, pensando en que jamás hemos visto algo así en España.

Cada habitación está concebida para acoger a la unidad hijo- madre/padre, en un espacio muy funcional, pero también acogedor. Con su aseo privado, y su mobiliario básico: mueble encimera con cambiador, lámpara de calor, lavabo y una mesa con 2 sillas. Pero lo más importante es el sillón cómodo y la cama al lado de la incubadora. Incluso vimos habitaciones con 2 camas, cuando también se queda el padre, especialmente en caso del ingreso de gemelos. Las habitaciones transmiten un aire de normalidad que se agradece mucho.

Pero no es sólo la reforma de los espacios lo que ha apoyado el cambio: es el cambio mismo de los profesionales lo que nos deja más asombradas.

Se respeta escrupulosamente la unidad, y la privacidad de la familia. Nos cuenta la neonatóloga que fue el cambio más grande y más difícil. El hecho de que para hacerle una prueba a un bebé habría que ir y volver de la habitación varias veces porque al llegar el bebé mamaba, la siguiente vez estaba dormido, y otra vez se estaba duchando la madre… antes de entrar en cualquier habitación se toca a la puerta, y se pide permiso para entrar, todo con mucha delicadeza.

En general pienso que es la UCI más tranquila que hemos visto nunca, tranquila en cuanto al ruido, pero también tranquila con respeto a que no hay nadie corriendo, ningún espacio de trabajo abierto que aumenta las molestias del área central, solo está el personal imprescindible, y los padres están absolutamente integrados, lo cual también ayuda al buen ambiente.

Y todo esto, acompañado de una mejora en los resultados muy importante: habían reducido la hospitalización de los grandes prematuros casi en tres semanas, lo que tambien suponía un intenso ahorro económico, que justificaba de sobra la inversión en la infraestructura.

——————-
Más datos sobre el hospital St. Joseph:

  • Es una UCI («Perinatalzentrum») de nivel I, es decir que atiende cualquier prematuridad y complejidad que puede presentar un recién nacido o niño.
  • Fue la primera UCI en el mundo de recibir el certificado de “babyfriendly hospital”.
  • La unidad acoge de recién nacidos a niños hasta los 16 años.
  • Cuenta con 16 habitaciones individuales.
  • Madres y padres cuentan con cama y comida, y son cuidadores activos del niño.
  • Cuenta además con zonas comunes para las familiares. (cocina, estar, etc.)

Página web: Perinatalzentrum im St. Joseph Krankenhaus (en alemán)